Con esta entrevista iniciamos el ciclo "Artistas singulares", que quiere permitir a diferentes protagonistas de nuestra entidad compartir sus capacidades artísticas.
Arnau nos recibe en su casa y lo primero es desplegar su arsenal de variantes de flauta dulce: la sopranino, la contralto, la soprano, la tenor y la baja. Nos explica que dedica a ensayar el tiempo de que dispone entre actividades.
¿Cómo nació tu interés por la música?
Me viene de muy pequeño, casi de los 8 años, que iba a un esplai y teníamos un monitor que tocaba algunos instrumentos.
¿En tu dedicación a la música has encontrado retos específicos? ¿Cómo los has superado?
Sí lo he encontrado, y los he superado con mucho esfuerzo. Puesto que tengo problemas importantes de visión, me cuesta mucho leer las partituras; así que las memorizo, y eso hace que me tenga que esforzar más.
¿Cómo explicarías lo que sientes cuando estás tocando?
La música es, en muchos momentos, un refugio, cuando estás triste y angustiado. Cuando toco música la flauta me siento como si me hubiera convertido en músico. Y en lo alto del escenario tienes que darlo todo.
¿Qué significa para ti formar parte de Los Cracs de Andi?
Muchos sentimientos. El grupo se empezó a formar con el terceto de flautas y a raíz de actuar con Pep Sala en el Teatro La Farándula. Los Cracs, ¿qué hacemos? Música, ¿no? Y con la música, ¿qué expresamos? Sentimientos.
¿Cómo os lleváis en los ensayos y en los conciertos?
Nos llevamos muy bien. ¡Es como si fuera nuestra familia, o mejor dicho, nuestra casa!
¿Tienes alguna ilusión en concreto en el campo de la música?
¡Por supuesto! Mi ilusión sería que los Cracs pudieran tener el placer de hacer un concierto conjuntamente con el Quartet Mèlt. Precisamente, uno de sus miembros, Oriol Quintana, me reconoció en una actuación. ¿Tú eres Arnau y tocas la flauta? – me dijo. Y ahora tengo su contacto, de vez en cuando hablamos y soy muy fan.