Arnau vuelve a sonreír. Después de casi 3 años separado de su rutina laboral por la pandemia, un ERTO, la reconversión de la empresa y, finalmente, un despido en la empresa donde llevaba 12 años, vuelve a trabajar.
Sabemos que lo has pasado mal esa época. ¿Nos puedes explicar por qué?
Me sentí bastante mal, por no decir frustrado. ¡Es que llevaba 12 años! Por aquel entonces eché de menos, sobre todo, a los compañeros, pero también estar ocupado y activo.
A finales de marzo empezaste a trabajar en DeterOil. ¿Cómo es esa nueva experiencia?
Mi trabajo actual consiste en hacer de comercial. Tengo que ir a visitar bares, restaurantes y escuelas con hojas informativas y explicarles el proyecto de la empresa, que se ocupa de la recogida de aceites de cocina para su reciclaje. Me han acogido muy bien; son muy amables, muy simpáticos, y se agradece que te traten así cuando empiezas en un sitio nuevo.
¿Por qué es tan importante para tí trabajar?
Trabajar te hace estar activo y es algo fundamental que debe conservarse. A mí me refuerza mi autonomía, porque vivo de forma independiente.
A tus 40 años, tienes ya un buen currículum: Sage Lògic, la Fundación Sid Moskita, la biblioteca Vapor Badia, el Ayuntamiento de Sabadell… ¿qué balance haces de todos estos años?
El balance es muy positivo. Como decía antes, el trabajo debe conservarse, y si es con un contrato indefinido que te aporte estabilidad, mejor aún.
Tienes importantes dificultades visuales y auditivas. ¿Eres consciente del mérito que tiene trabajar con esos impedimentos añadidos?
Soy consciente de ello. Es verdad, porque soy muy corto de vista, y de oído, a veces medio entiendo las cosas, pero he luchado, aunque vea muy poco y aunque no entienda nada, pero lo he superado. Y, por supuesto, esto exige un sobreesfuerzo.
Pero no todo en la vida es trabajar. Lleves muchos años viviendo de forma independiente con una compañera de piso. ¿Es tu situación ideal? ¿Por qué lo prefieres a vivir con tu familia?
Sí, estoy viviendo con Sonia y nos llevamos muy bien, lo hacemos todo entre los dos. Lo tenemos por la mano. Vivir así también me reafirma en mi autonomía, porque hay que saber convivir “a las verdes y a las maduras”. Esto me lo ha enseñado un gran maestro, mi padre.
Sabemos que el deporte y la música son algunas de tus aficiones. Cuéntanoslo
Sí, hacía natación, pero he tenido que dejarla porque el agua de la piscina me perjudicaba los oídos. Y hace mucho tiempo que toco la flauta en los Cracs de Andi; hemos sacado ya dos discos y hemos hecho muchos conciertos por toda Cataluña, España y todo el mundo! Ahora, el maestro Rafael Ribas me está dando clases particulares.
¿Andi Sabadell es tu segunda casa?
Sí, y Dolors Pallàs, la presidenta, es como si fuera mi segunda madre. Pero Andi es como si fuera mi casa... ¡Espera! No, como si fuera, no... ¡es que lo es!