Las tres estudiantes de psicología que han impartido un taller a personas con discapacidad intelectuales coinciden: "Hemos aprendido de ellos a enfrentar la vida"
Un grupo de alumnos de Andi Sabadell ha hecho del campus de la UAB su casa por unos meses. Gracias al “Proyecto Campus: Oportunidades por la inclusión”, impulsado por Down España y al que la entidad sabadellense se ha adherido, han recibido un taller a cargo de tres alumnas de 4º curso de la Facultad de Psicología sobre relaciones, comunicación y habilidades sociales.
En una primera etapa, las tres estudiantes de psicología contaron con el asesoramiento de profesionales de Andi para diseñar los talleres. "Observamos las actividades y formaciones que hacían en Andi para ir conociéndolos y ver qué cosas les costaba más en su día a día para, en el siguiente trimestre, preparar talleres, y así poder ayudarles", explica Berta Barrot.
Además de completar sus prácticas de 4º curso, Berta, junto con Ariadna Arias y Natàlia Mateu, han podido conocer de forma más vivencial la realidad de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales. “Detectamos que sabían relacionarse muy bien entre ellos, pero a nivel de emociones, les costaba decir cómo se sentían o relacionarse con sus padres o con otras personas”, comenta Ariadna. Y Natalia añade que “principalmente, lo que llevaban peor era la frustración, es decir, que se agobiaban muy rápidamente o no tardaban en tirar la toalla cuando algo les costaba. Por tanto, nos hemos basado en realizar talleres sobre la frustración, las habilidades sociales y el lenguaje no verbal”.
El “Proyecto Campus: Oportunidades para la inclusión” tiene como objetivo impulsar acciones formativas que permitan a las personas adultas con síndrome de Down o de otras discapacidades intelectuales la posibilidad de adquirir o complementar sus competencias para el desarrollo personal, social o profesional en colaboración con estudiantes universitarios desarrollando talleres formativos.
Así, durante el trimestre que ahora termina, las jóvenes han impartido este taller una vez por semana, y el resultado las ha sorprendido. "Nos ha llamado la atención la forma en que se integran ellos a ti, más que tú a ellos, porque hemos intentado hacer cohesión de grupo, pero como que no hacía falta, porque ellos mismos ya la tenían", dice Natalia. Para Berta, “nos han contagiado las ganas que ponen, aunque en algunos momentos les cuesta colaborar, pero lo intentan, y da gusto trabajar con ellos”. Y Ariadna opina que “afrontan muy bien sus problemas y que cualquier obstáculo del día a día lo saben resolver bastante bien. Tienen muchos recursos para enfrentar la vida”. Las tres coinciden en que ésta última es una de las cosas que han aprendido de ellos.